Laboratorio ENDA Acuático 2017: a puro deporte y verano

Por Codasports Argentina y La Cantera. Proyectos en el Campo de la Recreación | Hace unos meses, en el sur de México, unos pueblos originarios se encontraban con científicxs del mundo para conocer
como las ciencias pueden aportar a paliar la tormenta que se viene.

Esos pueblos hablan de que se viene una tormenta, producida por un sistema voraz que anda atravesando múltiples crisis y que se traduce en “violencia criminal, catástrofes naturales, carestía y desempleo desenfrenados, escases de servicios básicos, colapso energético,
migraciones, hambre, enfermedad, destrucción, muerte, desesperación, angustia, terror, desamparo. En suma: deshumanización.” (ver: www.enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/12/29/el-gato-perro-y-el-apocalipsis/)

En este mes de la memoria podemos recordar, como ya lo hicimos en el EnDA anterior, algunos hecho y algunas personas ausentes que vienen a dar cuenta del análisis anterior. No se tratan de efemérides sino de dolores y rabias que se vuelven a manifestar con mas fuerza en estos días. La ausencia de Berta Caceres a un año de su asesinato -aun
sin justicia-, los y las 30.000 compañerxs desaparecidxs que se les sigue buscando, aquella mujer asesinada por la violencia machista -a razón de 1 cada 18 horas en Argentina-, cada mujer desaparecida del relato oficial de como devino las historias de resistencias y transformaciones, el avance sobre las empresas recuperadas por sus trabajadorxs, la eterna lucha de los y las docentes por un salario y una educación que no represente una indignación, las 35 niñas/adolescentes que murieron quemadas el 8 de marzo en Guatemala denunciando el abuso sexual que recibían dentro del centro de “protección” de menores (y cuestionamos la palabra protección para estos centros de detención), encima la recalcitrante idea que un pibe/piba nace chorro/a y por eso hay que bajar la edad de imputabilidad (ojo, tampoco nace para policía), podemos seguir enumerando… pero para muestra basta un “botón”. Y aquí no necesitamos “botones”.

A pesar de este apocalíptico análisis se logra divisar una salida. Aquellos pueblos chiapanecos plantean que las ciencias y las artes no detendrán la tormenta, porque ya está en curso, pero si estar preparadxs contra ella. Esta preparación -cuando suceda, y en algunas geografías esta sucediendo- se manifestara según calendarios y geografías de quienes la organicen.

Coincidimos en este análisis y nos preguntamos: ¿cual es el aporte que podremos brindar frente a esta tormenta? La mayoría de nosotros y nosotras somos simples aficionadxs al deporte, al juego, al movimiento, al encuentro y unos varios etcéteras más. Pero eso no nos excluye del asunto si compartimos dicho análisis, si luchamos por un mundo más justo y con mayores niveles de humanidad, si nos involucramos en “una lucha entre la humanidad y el sistema, entre la vida y la muerte”. Esa afición es parte de lo que somos -o al menos, intentamos ser-, de lo que hacemos, de lo que nos gusta. Entonces, el deporte y el juego ¿tienen algo para aportar a esa lucha e inclinar la balanza hacia la humanidad? Podemos esbozar diferentes respuestas, y a partir de allí debatirlas para mejorar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Aquí una posible respuesta que creemos fervientemente y las ponemos a consideración de ustedes, jugadorxs.

El deporte y el juego tienen mucho de arte, y no se trata solo de nuestra palabra. Ya Fontanarrosa nos ha escrito al respecto (lean, o vean, su cuento “Viejo con Árbol” para darse cuenta) y hay infinidad de escritos que vinculan al juego con el arte, al punto de emparentar el arte como una manifestación del juego, siendo este condición humana por
excelencia. El arte es sinónimo de libertad cuando es realmente genuina, cuando es expresión de lo que (nos) sucede. Entonces, lo que nos surge preguntar: ¿como construir un deporte que sea posibilidad de libertad, que sea arte? Podemos reformular un poco mejor la pregunta ¿hay un deporte a crear o ya creado que así sea? ¿o será que se vuelve
arte-libertad según los modos que asumamos al jugarlo? Pero el deporte y el juego también tiene ciencia. La ciencia puede ser considerada, en sus varias acepciones, como la disciplina que intenta comprender y explicar los hechos que suceden en el mundo por medio de hipótesis,
metodologías, reglas, consensos, investigaciones.

El juego, a su modo, también intento desde siempre explicar el mundo, aprehenderlo; lo intenta desde temprana edad en cada uno/a de nosotras. Jugar es investigar y encontrar soluciones a lo que alrededor se va desarrollando. Se desarrolla el caos pero también buscándole orden a ese caos; es
tener capacidad creativa para resolver situaciones, es cumplir con ciertas reglas consensuadas por quienes son lxs jugadorxs. La ciencia comparte estas características con el juego. De hecho, el laboratorio -espacio emblemático de la ciencia- es un caos de posibilidades, de hipótesis, de verdades transitorias, de reglas, de intentos de mejorar lo existente, de experimentar. Muchas ciencias de las llamadas duras y exactas se aplican hoy al deporte: biomecánica, física, tecnológica, informáticas, industriales, etc. Tenemos el conocimiento para aplicarlo al deporte, y de hecho ya se aplica, mas ¿con qué sentido se aplica ese conocimiento?
¿Que intentaremos que suceda en este segundo EnDA acuático orientado al laboratorio? Pues eso mismo: crear y re-crear. Siempre crear. Pero como toda labor de laboratorio, precisamos ampliar nuestra mirada, conocer mas allá de nuestros condicionamientos, entender que la hegemonía esta en todos los ámbitos y por ende, esta la alternativa -hay una relación de dependencia entre una y otra-. Al entrar en un laboratorio, y ser protagonistas en ese espacio, tenemos que despojarnos de muchos supuestos para experimentar, perder el miedo al ensayo y -sobre todo- al error, confiar en el equipo de trabajo, asumir una organización colectiva, mezclar roles, destapar la creatividad
potenciando la mía y la del otro/a, conocer mucho sabiendo que es poco, jugar con lo que conocemos, dejar de lado fatalismos y asumir que existe lo “inédito viable”. Al final, ser creadores y creadoras de la humanidad que buscamos.
Podemos disponer de poco, porque no pretendemos disponer de todo. No buscamos que lo alternativo se convierta en la nueva hegemonía. La hegemonía es la muerte de la humanidad. Pero sí estamos convencidxs que lo alternativo -en todos los órdenes de la vida- nos llevará a parir esos mundos que con urgencia precisamos terminen de nacer, y matar el
mundo que no termina de morir.
Entre lo que dispondremos en el EnDA estará la posibilidad de crear, de malabarear esas creaciones, intentaremos orientarnos como antiguamente hacían los pueblos, mirando las estrellas y jugando. Podremos disponernos en una noche de fuego y patearemos el tablero que estos tiempos nos imponen constantemente, para entonces jugar otros juegos.
Remaremos, flotaremos y haremos equilibrio para bajarle lo febril a este mundo en el que vivimos. Lucharemos como lo hacemos en carnaval. Atraparemos aquellas ideas que nos lanzan al vuelo. Reventaremos nuestras cabezas -o las cabezas de otrxs- para encontrar momentos de alegría. Seremos tornados que va de aquí para allá, yendo de un país a otro sin muros ni fronteras que busquen detenernos, golpeando o chutando lo que precisemos golpear y patear. Seremos improvisación en el ensayo y error. Seremos jugadorxs, inventorxs, compas, equipos, ganadorxs y perdedorxs. Seremos humanidad que juega, pero no así nomás… jugaremos de manera silvestre, con fraternidad y sororidad, con mixtura y por tanto con responsabilidad, solidaridad, cuidados y con el respeto que se irá adquiriendo a medida que nos
conozcamos más. Jugaremos compARTE y conCIENCIAS.

El juego ya empezó: “O inventamos o erramos”. Tenemos esperanza en nosotrxs para ganar esta partida. Dedicado todo el EnDA a la memoria de la y los imprescindibles Berta Caceres, Martín Abregú y Christian Fritz.